martes, 31 de julio de 2012

Una historia desagradable escrita por Dostoievski


El ruso Fiodor Mijailovich Dostoievski (1821-1881), considerado uno de los novelistas más importantes de la literatura universal, pasó de una juventud revolucionaria, con pena de muerte suspendida a último momento y una larga prisión en Siberia, a una adultez vinculada a un misticismo crítico con respecto al nihilismo de su primera época.

Su primera novela, Pobres gentes (1846), escrita antes de su encarcelamiento, trata sobre la desgraciada historia de amor de un humilde funcionario estatal, y recibió grandes elogios por su tratamiento de los pobres, víctimas de sus terribles circunstancias, para muchos con gran influencia de su admirado de entonces, el francés Honorato de Balzac.

A su vuelta  en 1859, cambia el enfoque pero su capacidad literaria sigue intacta, al igual que su interés por el hombre. Estaba convencido de que el futuro de la humanidad se hallaba en juego. Por eso sus obras no abordan temas históricos sino actuales. “El hombre en la superficie de la tierra no tiene derecho a dar la espalda y a ignorar lo que sucede en el mundo, y para ello existen causas morales supremas", decía. Y su realismo no se detuvo ante las facetas más oscuras del espíritu humano sino, por el contrario, penetró en ellas, colocando a los héroes de sus novelas en las situaciones más extremas, rastreando sus conflictos interiores y sus motivaciones más profundas. Consideraba su deber, en cuanto escritor, encontrar el ideal que late en el corazón del hombre, "rehabilitar al individuo destruido, aplastado por el injusto yugo de las circunstancias, del estancamiento secular y de los prejuicios sociales.”

Esa temática, y el modo de abordarla, se adelantó a los estudios psicoanalíticos sobre el inconsciente, al surrealismo y al existencialismo. Y en lo literario, tal vez haya sido su gran aporte el haber colocado al narrador dentro de la obra, no en la postura de quien relata una historia ajena.

“Una historia desagradable” aparece en 1862, y describe los sentimientos contradictorios ocasionados por las reformas sociales impulsadas por el zar Alejandro II, cuando la modernidad intentaba dejar de lado la cruel esclavitud y las clases dominantes dudaban entre mostrarse inflexibles con sus subordinados o acercarse al espíritu de liberalidad de otros países de Europa; y los reprimidos luchaban por su felicidad, en medio de la desesperanza.

En esa lucha interior se debate el protagonista de la historia, Iván Ilich Pralinski, que se considera un defensor de las ideas liberales, pero que en su interior guarda los prejuicios y el desprecio propio de los funcionarios estatales hacia las clases más bajas; una forma de ser que tan minuciosamente es desnudada por Dostoievski en la primera parte de la historia, cuando se reúne con sus colegas, antes de verse envuelto en los acontecimientos que se anuncian en el título del libro.

La lectura de Una historia desagradable bien vale la pena, no sólo por el autor, por ser muy poco conocida entre sus obras y por desnudar, en parte, esa tan complicada “alma rusa”, que aún hoy presenta tantas incógnitas, sino también porque la edición de La Compañía permite gozar de una introducción del crítico Noé Jitrik sobre el autor y su obra. Y como si fuera poco, se complementa con un posfacio a cargo de la traductora Luisa Borovsky, que ubica la época y analiza el texto presentado.

R.B.

Una historia desagradable
Editorial La Compañía
Fiodor Dostoievski
116 pág.  $65.

viernes, 27 de julio de 2012

El cuento: origen y desarrollo (131) por Roberto Brey


131

China

Algunas consideraciones sobre Confucio

“Rebasar los límites no es un defecto menor que no alcanzarlos.”
(Luen Yu, o Conversaciones de Confucio, XI, 15)

Pang Pu, un estudioso chino que trabajó en proyectos culturales para la Unesco, ubica a Confucio (551-479 a.C.) en un tiempo trastornado por disturbios sociales y políticos, con una multitud de Estados gobernados por nobles cuyo pasatiempo era la guerra y que oprimían y explotaban de la manera más arbitraria a sus vasallos. Como Platón poco tiempo después, Confucio creía poder predicar a los tiranos cierta forma de virtud e iba de corte en corte tratando de inculcar a los príncipes la moral política que preconizaba. Durante su vida no alcanzó éxito alguno. Su doctrina fue  resumida por sus discípulos, como se dijo antes, y recién  bajo la dinastía Han y en la época de los Tang, los más altos funcionarios pasaron por escuelas cuya enseñanza se basaba en aquellos textos confucianos.

De alguna manera, para muchos, la concepción del Estado que Confucio propugnaba permitía la perpetuación de la clase política dominante.  Confucio pasó a ser denigrado y  ensalzado en distintos momentos, pero Pang Pu, resume los diferentes conceptos modernos sobre su influencia dentro y fuera de China.

Por un lado, explica que algunos historiadores afirman que Confucio habría representado los intereses de la clase ascendente de los terratenientes (en el periodo Primavera Otoño), opuesta a la clase dominante de los propietarios de esclavos. Su papel político habría sido pues positivo y "progresista". Pero, según donde ubiquen los historiadores el período de transformaciones, sería el papel de las ideas de Confucio. Cuando es ubicado en la época de los "Estados Guerreros" (480-221 a.C.), Confucio habría representado los intereses de la clase declinante de los esclavistas, siendo por ello retrógrada su posición política. “Más aun, viajando de un Estado a otro su propósito principal era restaurar el antiguo orden esclavista”, dice Pang Pu.

Pero si se tomara el paso de la sociedad esclavista a la feudal en la época de la dinastía de los Zhou del Oeste (siglo XI año 722 a.C.), “Confucio defendía los intereses de las capas inferiores y medias de la aristocracia y de la naciente casta de los altos funcionarios”.
Pero no todos coinciden en el momento en que se producen esos cambios, y aún otros lo trasladan a los primeros años de nuestra era, por lo cual, el carácter conservador de su pensamiento y la existencia de la esclavitud no determinan su condición de “progresista” o “retrógrado”.

Dice Pang Pu que los conceptos “de ren y de li constituyen la base del pensamiento político confuciano. Por ren (literalmente, "benevolencia", "humanidad") suele entenderse los principios en virtud de los cuales los hombres pueden vivir en sociedad o amarse los unos a los otros. También en este punto discrepan las opiniones de los especialistas.”

¿Confucio trataba de atenuar las contradicciones entre opresores y oprimidos? Y ¿a quién beneficiaba eso? Lo concreto, dice Pang Pu: “dado que hasta entonces no existía teoría alguna que considerara a la humanidad en su conjunto, la doctrina confuciana constituía una revolución ideológica y que el filósofo debe por ello ser considerado como el más grande pensador de su tiempo”. Otros opinan todo lo contrario.

Pero la mayoría de los historiadores e investigadores chinos modernos, asegura Pang Pu, “parecen adoptar una posición intermedia entre esas dos tesis extremas”, y tienen en cuenta “que esa doctrina tomaba por primera vez en consideración a las "gentes del común"”.

Dice Pang Pu  que para Confucio, el li ("reglas del decoro y de la cortesía") constituye el núcleo del orden establecido, pero designa también las normas de la conducta individual. También allí existen opiniones encontradas.

Pero Pang Pu analiza que Confucio “predicaba la "voluntad del Cielo", se oponía a las reformas y creía en los espíritus y divinidades. De ahí que haya quienes estimen que el pensamiento confuciano no es más que una metafísica idealista. Pero otros recuerdan que en la doctrina de Confucio el "Cielo" se identifica con la naturaleza y que él mismo se mostraba muy escéptico acerca de la existencia de los espíritus y del alma, lo que da fe de una gran audacia de pensamiento en relación con sus contemporáneos”.

Un aspecto en el que hay bastantes coincidencias entre los historiadores chinos es en la contribución que hizo Confucio como educador. La mayoría le atribuyen el haber sido el primero en dispensar enseñanza fuera de las escuelas oficiales adscritas a la corte, extendiendo así la cultura y la educación más allá del círculo de aristócratas que hasta entonces habían tenido sobre éstas un monopolio exclusivo.

Y concluye: “La pedagogía confuciana se adelantó a su tiempo: preconizaba una enseñanza abierta a todos, sin distinción de origen social; su método tomaba en cuenta las aptitudes de cada uno de sus discípulos y prefiguraba ya en cierto modo la mayéutica socrática.”

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Canción de la desconfianza, de Damián Selci, editada por Eterna Cadencia


La primera novela de Selci ya despertó algunos comentarios entre los escritores:

“… a veces algún autor descubre o encuentra la palabra adecuada para hacer visible lo que no por evidente tenía nombre ni se veía claramente. Es el caso de Canción de la desconfianza, de Damián Selci, que le encuentra nombre a un tipo de burgués, el "esclarecido", un tipo dominado, en primer lugar, por el cinismo, una especie de conformidad algo avergonzada, que necesita de la ironía para decirse, con el lugar que ha conseguido en el mundo. Funcionarios, puede ser, pero sobre todo chetos progres que consumen arte, música, literatura, como consumen cualquier otro producto "gourmet". Los pone en su  mira una voz paranoide, una voz que no para de interrogarse a sí misma, ¿una voz para una nueva rebelión? La de Styrax, el protagonista de Canción de la desconfianza. “
Gabriela Cabezón Cámara 

“… Me encanta esa manera de ir cuestionando la "realidad", es decir, los tópicos acerca del mundo. De desconfiar, justamente. Bueno, yo soy muy saeriano en ese aspecto, y me gusta que la escritura vaya anonadando nuestras certezas mundanas, incluso las diversas fábulas acerca del mundo. Me parece que la novela tiene que ser eso, y que insiste mucho en eso en vez de andar dando su opinión sobre todo lo divino y humano. Me gusta también esa relación metafórica con la historia (con gran H). Porque es también una manera de no caer en la fábula. “
Dardo Scavino

“¿Por qué es importante leer y discutir la primera novela de Damián Selci? Una primera respuesta sería porque resuelve las demandas de una lengua local y actual sin recurrir a ninguno de los fetiches con los que se las solventa. En Canción de la desconfianza no hay marcas de época ni reproducción mimética del habla de ninguna tribu: no hay psicología de personajes basada en su distintivo acceso al consumo ni a la educación. Sus personajes tampoco son marginales, locos, desviados o criminales: el autor no pretende ponerlos en conflicto con las leyes jurídicas y racionales que cuadriculan el accionar de cualquier argentino (...) Asumir que otro nos habla siempre es conmocionante;  resistir la breve extensión de esta novela implica un esfuerzo de escucha, más que de lectura, porque el volumen, el timbre y la entonación de la voz de Selci son tan claros como musical y emocionalmente matizados (...) “
Alejandro Rubio

viernes, 20 de julio de 2012

El cuento: origen y desarrollo (130) por Roberto Brey


130

Los cinco libros primitivos (3ª parte)

El quinto de los libros citados es el de los Anales de Primavera y Otoño, el "Chunqiu" -Ch'un Ch'iu-, una antigua crónica que ejerció una enorme influencia sobre obras históricas posteriores.
Los anales, relatan escenas de danzas rituales e himnos de sacrificios. Son anotaciones de sucesos que al parecer les eran anunciados en sus templos a los antepasados de linaje real. Los anales más antiguos son del siglo IX. Algunos se descubrieron en la tumba de uno de sus príncipes, escritos sobre tiras de bambú.
En Xi Ci, el autor Zhou Yi escribía: "Si dos personas actúan como una sola, su fuerza puede quebrantar el hierro y sus palabras son dulces como orquídeas". Cui Hong también dice en su Estado Qin de los treinta países en el período de la Primavera y del Otoño: "Es fácil quebrantar a uno, pero si todos se reagrupan, será muy difícil quebrantarlos".

Los hijos del rey de Huns jamás estaban de acuerdo. El rey los convocó a todos y le dio a cada uno una flecha. Les pidió a los príncipes romper las flechas, lo que hicieron bastante fácilmente. Después de eso, el rey le dio a cada uno de sus hijos un paquete de flechas y les pidió romperlas. Ninguno pudo hacerlo. El rey de Huns les dijo entonces: "Si entre hermanos ustedes no se entienden, solo serán como una flecha solitaria y ustedes fácilmente serán vencidos por sus enemigos, pero si ustedes permanecen unidos, serán como el paquete de flechas y nadie les vencerá. Esta es la fuerza de un acuerdo armonioso".

Como se puede advertir, estos pensamientos eran comunes en otros tiempos y lugares y, de diversas formas, fueron trasladados hasta nuestros días.

Confucio decía: "El último objetivo de la etiqueta es alcanzar la armonía" (entre la humanidad y la naturaleza), pero pensaba en "armonía" "con principios". Decía: "Los caballeros son armoniosos pero ninguno es igual a otro. Los hombres comunes son todos iguales, porque no son armoniosos". El caballero tiene su propia opinión, pero siempre puede tratar a la gente con generosidad, decía. Otros pueden en cambio influir fácilmente en el hombre común. Repite sus ideas y las halaga, pero en cuanto hay un conflicto de interés, no puede sostenerlos.
Los antiguos llamaban a un hombre que tenía altos valores morales un caballero. Era respetado, pero también exigido.

Según Mencio, la armonía significa que la gente es como un solo espíritu, unido, y llevado al terreno político decía: "Si el rey es feliz hará feliz a su pueblo, si su pueblo es feliz el rey será feliz. Si el rey está inquieto a causa de lo que inquieta a su pueblo, su pueblo se inquietará por lo que le inquieta". Sobre las relaciones sociales, decía: "La amistad entre caballeros es clara como el agua, mientras que la amistad entre los humildes es dulce como la miel".
Confucio decía que se debía tratar a la gente con generosidad y ayudar a otros.

Una anécdota intenta ilustrar estos conceptos:

Guan Zhong y Bao Shuya, eran buenos amigos y hacían negocios juntos. Guan Zhong ganaba siempre más en sus transacciones, pero a Bao Shuya no le importaba, porque sabía que la familia de Guan Zhong era pobre. Como militar, Guan Zhong desertó durante una guerra, porque debía ocuparse de su madre anciana madre, pero a Bao Shuya no le molestó. Y Guan Zhong decía siempre: "Mis padres me dieron vida, pero Bao Shuya me conoce".

Habrá que tener en cuenta que pese al predicamento del que gozó Confucio durante su vida, recién en el 140 de nuestra era el confucionismo pasó a ser la filosofía oficial del imperio.

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jueves, 19 de julio de 2012

“Rebeldes y confabulados”: interpretaciones de lo político


 El ensayo de Scavino se puede leer de diferentes maneras, y permite todas las interpretaciones posibles. Porque tiene una ventaja: en lugar de plantear una teoría definitiva, abre un abanico de interpretaciones, a partir de los discursos de los protagonistas de la política del siglo XX, que le permite al lector discutir con el libro y con él mismo. Discutir en el sentido de plantearse hipótesis, analizarlas, descartarlas, aceptar algunos puntos, rechazar otros… En fin, utilizar de la manera más útil el valioso material que Scavino entrega en su relato político de este siglo: abriendo la propia reflexión para adentrarse en un mundo nada sencillo para comprender.


Scavino, mezcla la historia con los relatos políticos, de una manera que sugiere la polémica, que obliga a ejercer el pensamiento, con razones, con argumentos, con percepciones, con hipótesis, para que el lector inteligente se plantee el análisis de los discursos, de las acciones vinculadas a ellos, y de ciertas similitudes que no siempre son tantas, pero que implican un formato, una gramática, que los más enfrentados antagonistas adoptan por igual, para ganar seguidores que se sumen a una mística, una “épica”, que les otorgue unidad.

Dardo Scavino nació en 1964, estudió letras en la UBA, fue docente hasta 1993, cuando fijó su residencia en Francia. Escribió ensayos sobre literatura política y filosofía, y sus últimos libros son “Narraciones de la independencia” (Eterna Cadencia 2010), donde analiza la Revolución de Mayo y su siglo, y este último publicado en 2012, también por Eterna Cadencia, “Rebeldes y confabulados” (narraciones de la política argentina).

De entrada no más, Scavino nos cuenta que parte de una idea común a Nietzsche, Sorel y Antonio Gramsci: “las narraciones políticas constituyen al pueblo cuando cuentan su propia historia bajo la forma de una gesta popular. No hay pueblos, en efecto, sin narraciones; no hay pueblos, en resumidas cuentas, sin memoria.” Y dentro de ello, Scavino encuentra una gramática común. Su teoría es que indignarse, protestar, disentir, exhortar a las multitudes a sublevarse contra un orden, son reglas de una narración política aunque sus contenidos difieran.
Su análisis se inicia con José Ingenieros, un talento científico, político e intelectual, que en sus 48 años de vida pudo dirigir la clínica de enfermedades nerviosas de la Facultad de Medicina, trabajar en los archivos criminológicos de la Policía Federal y del servicio penitenciario, ser propulsor de la Reforma Universitaria y decano de la Facultad de Filosofía y Letras, además de abanderado del antiimperialismo, el socialismo, el comunismo y el anarquismo. Scavino lo sitúa como ejemplo de todos aquellos sectores que levantaban las banderas de la rebeldía, a veces con concepciones político filosóficas divergentes.

Hay una multiplicidad de luchas, dice Scavino, pero no todas tienen el mismo enemigo y hasta pueden llegar a enfrentarse entre ellas. Para que la unidad se concrete “es preciso que los diferentes grupos adhieran a un mismo relato o que cuenten (con) una misma historia”. Se trata de “la hegemonía de una de esas narraciones por sobre todas las demás”. Nietzche, la voluntad de poder, la voluntad de rebelión, la verdad dominante, están presentes en el texto, tanto como los pensadores de la antigüedad y los actuales.

En diversos capítulos Scavino analiza los discursos de Yrigoyen y la revolución radical, el anarquismo y los grupos armados de la Liga Patriótica anti obrera; Mao tse Tung y el Martín Fierro. En dos capítulos sin desperdicio analiza al Perón de “las clases sin lucha” y al de “la lucha sin clases”; en otro, los discursos de Eva Perón. El onganiato, los Montoneros y el ERP, son objeto de análisis, junto a Jorge Luis Borges, y los períodos de Alfonsín y de Menem.

Finalmente, ofrece otra versión de la supuesta pregunta paradojal, que Deleuze y Guatari le atribuyeron a Spinoza: “¿Por qué los hombres luchan por su servidumbre como si se tratara de su libertad?”, ante otra lectura, ya no como pregunta sino como una afirmación de Spinoza: “el gran secreto del régimen monárquico” consiste en “engañar a los hombres y colorear con el nombre de religión el temor con que los somete para que combatan  por su servidumbre como si se tratara de su salvación” y para que “no vean nada vergonzoso sino, por el contrario. Algo muy honorable en el hecho de verter su sangre y dar su vida para satisfacer la vanidad de un solo hombre”.

Acaso ése sea el poder del discurso hegemónico.

R.B.

Eterna cadencia
253 pág. $ 85

viernes, 13 de julio de 2012

El cuento: origen y desarrollo (129) por Roberto Brey


El Shijing, una versión del siglo XVI.

129

Los cinco libros primitivos (2ª parte)

Otro de los libros, El "Shijing", el Libro de Canciones o de Odas, es una selección de canciones antiguas al que a menudo se refieren los filósofos para apoyar sus dichos. Influyó sobre los poetas chinos de todos los tiempos. Confucio consideró la poesía como una importante ocupación para los hombres en altos cargos públicos, que no realizaban trabajos físicos y que eran ilustrados. Por eso las creaciones poéticas eran su exclusividad. Después del siglo VI es cuando se producen las mayores creaciones y se realizan recopilaciones de cuentos y poesías de tradición oral y escrita, análisis, clasificación y estudios literarios como “Shi Ping” de Chung Yung, sobre la calidad de la poesía y el “Wen Sin Tiao Lung” (La escena de la literatura) de  Liu Sie.

Un poema del "Shijing" dice:
"¡Qué hermoso y encantador es el melocotonero! ¡Cómo resplandece la vivacidad de sus abundantes hojas! Su encanto es comparable al de una joven novia que, cuando se dirige por primera vez a la casa de su prometido, sabe comportarse con rectitud y cortesía, manteniendo en todo momento la actitud adecuada".

Y otro poema, éste de tema histórico, dice así:
"Eran más de cien mil los descendientes de la dinastía Chang (o Shang). Cuando el Imperio pasó a manos de otra familia, todos ellos se sometieron a los Zhou (o Chou), ninguno se rebeló contra la nueva familia soberana. El mandato del Cielo no es eterno. Los prudentes ministros de la familia Chang siguen en la corte sirviendo a los nuevos soberanos".

Una estrofa referente a la vida y la enseñanza de un rey dice:
"Me comporto como debo con mi esposa, e igualmente trato con afecto a mis hermanos mayores y menores. De este modo gobernaré con rectitud mi Estado, ya que en él todos formamos una gran familia".

Si bien el "Shijing" es la colección de las poesías escritas durante El período de Primavera y Otoño, no puede darse un crédito estricto a sus palabras, aunque reflejan de alguna manera la forma de vida de aquel período.
Confucio recomendaba el estudio de ese libro, y se cuenta que era costumbre recitar o aplicar la estrofa adecuada en las reuniones de altos funcionarios y nobles en los tiempos antiguos; y si un letrado no estaba versado en los poemas del "Shijing", memorizando un mínimo de trescientos versos, no debía ni siquiera abrir la boca en estas reuniones.
También de aquellos poemas pueden extraerse conocimientos de esos tiempos y explicarse el porqué de las luchas internas, los esplendores y decadencia de las dinastías, su derrocamiento y las repeticiones del ciclo casi hasta nuestros días.
Un poema, de esa época, llena de pomposidad y derroche, relata:
«...los aristócratas perfumaban sus ropas, se afeitaban y pintaban el rostro, viajaban en carros con palio sobresalientes, usaban zapatos altos, se sentaban en cojines, se reclinaban en almohadas de seda multicolor y se rodeaban de objetos hermosos. Era tal la gracia con que iban y venían que parecían hadas».

“Todo este lujo se pagaba con el trabajo del pueblo”, explica Chou Ku-cheng.
El "Shijing" ha sido tradicionalmente considerado como uno de los textos del Confucionismo que más ha influido en la vida cultural y espiritual del pueblo chino, y ocupó un importante lugar en los orígenes de su cultura. Aunque siempre fue considerado un texto de ética y moralidad, la obra tiene su valor literario, según la consideración de los estudiosos del tema.

"Li Ching" -Lijing-, Libro de Ritos.
Allí se entiende que la existencia de las dos almas, una correspondiente al cielo y la otra a la tierra (el yin y el yang), una sensible y la otra inteligente, están dentro de cada ser humano. Una va hacia el cielo y la otra permanece en la tierra cuando se produce la muerte. Por eso es importante el culto a los antepasados, pues su alma sigue rondando la tierra. Un alma que los hijos deben cuidar y alimentar mientras dure su espera. El peor castigo para un hombre no era su muerte, sino la de sus descendientes, pues no quedaría nadie para cuidar de su alma.
De todas maneras, nunca es seguro que los textos respondan exactamente al pensamiento del que se considera su creador. Por ejemplo, en el caso de los textos de Confucio, se cree, con cierto fundamento, que gran parte de los textos podrían haber sido agregados por neo confucianos.

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