jueves, 12 de noviembre de 2009

Cuentos para todos: desde los orígenes a la actualidad

Hoy inauguramos una sección, que quiere ser informativa por un lado, pero también desea compartir: tanto el placer de la lectura como los conocimientos que cada uno tiene sobre autores y obras. Hemos elaborado un panorama del cuento universal, algo arbitrario, es cierto, porque como todo recorrido amplio y diverso, se basa mucho en preferencias y conocimientos parciales.

Pero esto no termina acá, cada uno de los capítulos que presentaremos semana a semana, puede ser enriquecido y mejorado con la ayuda de todos los lectores de este blog. Sólo es necesario el deseo de participar, aportando conocimientos, gustos e ideas para mejorar esta reseña.
Una cosa más: junto con la visión particular sobre el cuento y la literatura, van incluidos los lugares donde se pueden leer los principales autores y los cuentos mencionados. Esperamos que les guste, que nos lo hagan saber y, por qué no, que nos señalen todo aquello que pueda ser corregido.
Hasta la próxima



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El cuento siempre fue una de las formas literarias más atractivas, por su efectismo, por su brevedad, por su sencillez o por su practicidad.
Por supuesto que esta afirmación es perfectamente refutable, si se tiene en cuenta el apasionamiento que provocaron ciertas novelas populares en determinadas épocas, o la importancia de la poesía en la expresión de los sentimientos de muchas personas.
Porque uno estaría tentado a decir que “todo es relativo”, cuando se nos muestran los efectos causados por largas obras en verso como el “Martín Fierro”, capaz de conmover a multitudes iletradas y de convertirse en el símbolo de todo un pueblo. O el valor que ejercieron poetas como Amado Nervo, Bécquer, García Lorca, Neruda o tantos otros, para los enamorados de todos los tiempos. El propio Pablo Neruda en una entrevista realizada en 1970, decía sobre el efecto causado por sus “Veinte poemas de amor…”

“…por qué ese libro, un libro de amor triste, de amor doloroso, sigue siendo leído por tanta gente (…) verdaderamente no lo comprendo. Tal vez represente el planteo de muchos enigmas para la juventud (...) Es un libro doloroso, pero su atracción no se ha desgastado”.

Y ni hablar de la poesía trasladada a la música, con efectos multiplicadores. Y si no que lo digan los seguidores de muchos cantantes que supieron popularizar poetas antiguos y modernos y llevarlos a una masividad impensada.

Y en el caso de la novela también se podría decir que tuvo efectos multiplicadores, cuando los diarios y revistas del siglo XIX y XX vendían millones de ejemplares para que sus lectores siguieran los novelones, despreciados por algunos, pero llevados adelante por escritores de la talla de Emilio Zola o Víctor Hugo.
Pero claro, a esta altura ya sabemos que existen notorias diferencias entre estos géneros mencionados con respecto al cuento, y más aún si a éste lo comparamos con los ensayos, las biografías, los textos de estudio y otros géneros.

Hacia una definición
Pero como aquí vamos a hablar de cuentos, intentaremos hallar una definición que pueda satisfacer a los cultores del género a sus fanáticos, y a los que recién se acercan a su encanto.

En un estudio sobre el cuento moderno, realizado por los setenta, Jaime Rest definía al cuento como “un ejercicio escrito de ficción que se haya compuesto en prosa y cuya extensión es comparativamente breve”. Pero el estudioso mismo reconoce como “estrecha e inexacta” esta definición, “pese a ofrecernos el esquema arquetípico del género”.

Muchos afirman que la aparición del cuento se da de manera espontánea, a través de la transmisión oral. Todavía hoy persiste como costumbre en algunos ámbitos el sentarse alrededor del fogón a contar relatos de todo tipo que saben atrapar al oyente y que suelen tener diversos expositores.

Contar y escuchar historias fue y ¿es? una pasión del hombre en todos los rincones del planeta. Pero claro su origen tuvo diferentes razones y su estilo caracterizado por los distintos períodos por los que atravesó la historia humana.
Después de todo, como señala la docente Irene Klein: “Tomar la palabra no es una actividad ingenua… el lenguaje construye el mundo y lo evalúa… permite al sujeto incidir, a través de los sentimientos y las emociones que provoca, sobre las opiniones, valores y actitudes del que lee o escucha el relato…”
En algún momento ese relato cubrió una necesidad: la de reiterar los preceptos de una cultura para que quedara en la memoria de las generaciones sucesivas. Y justamente, no hay que olvidar que, antes de la invención de la escritura, toda la tradición de un pueblo, sus hábitos, sus costumbres, sus conocimientos, su cultura, se sostenía fundamentalmente sobre la memoria humana. Que cada generación recordara la experiencia de sus padres era vital para permitir su funcionamiento, facilitar su forma de vida y conseguir nuevos logros. Por lo menos esa fue la característica que adoptó el homo sapiens en su paso por la Tierra: aprovechar lo aprendido y seguir adelante.

Luego, la aparición de la escritura seis milenios antes de nuestra era, permitiría que esos conocimientos fueran guardados más allá de la memoria.
Y esa es otra historia.

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3 comentarios:

MARÍA LUZ dijo...

Hola! descubrí este blog por el diario Prensa Libre y me parece interesantísimo poder compartir lo que escribo por el solo gusto de hacerlo. Desde muy niña me atrapó la escritura y ya cuando mis hijos se hicieron grandes participé de cursos literarios en el Ombú de la zona de San Fernando...

Mi nombre es María Eva Nuñez 60 años, prontito aportaré algún que otro cuento o poesías... Les auguro un 2010 benturoso!!

ANA MARÍA MANCEDA dijo...

Creo que Cortázar opinaba que el cuento es una foto mientras que la novela era una película. Para él era un vértigo, como lanzarse de un paracaidas. Ana María

Prensa Libre dijo...

Todavía falta bastante para hablar de Cortázar, pero tenemos pensado seguir incorporando opiniones de escritores famosos sobre el cuento. A lo largo de este panorama histórico informal vamos dando opiniones que nos parecen interesantes. Roberto