jueves, 3 de diciembre de 2009

El cuento: del origen a la actualidad (4) por Roberto Brey


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El cuento moderno: Edgar Alan Poe

La mayoría coincide en ver a Edgar Alan Poe (1809-1849) como el padre del cuento moderno.
Sobre él Jaime Rest dice: “…fue sin lugar a dudas uno de los fundadores del cuento moderno, concebido –gracias a su aporte teórico- como género literario autónomo, al que deben aplicarse sus leyes propias (…) (su) atractivo no radica en el suceso narrado sino en la atmósfera creada por la técnica expositiva.”

Poe no sólo fue cuentista, sino que también se destacó como poeta y como ensayista. Uno de sus méritos es el de haber elaborado una teoría del cuento que, hasta hoy, sigue teniendo vigencia y que logró sumar una corriente de escritores a sus filas y, de alguna manera, toda su obra fue un fuerte impulso para numerosos escritores que lo siguieron en el arte del cuento.

Un antecedente cercano reconocido por Poe fue Nathaniel Hawtorne (1804-1864) quien dedicado al género del cuento se destaca principalmente por su “Wakelfield”, que relata la curiosa anécdota de un hombre común, quien se aleja de la familia hasta que lo dan por muerto, y entonces se dedica a observar sin ser visto el comportamiento de los que fueron sus allegados. Otro fue Washington Irving, reconocido también en su excelencia por el propio Poe.

Justamente, Edgar Allan Poe escribió un ensayo crítico sobre Nathaniel Hawthorne donde reconoce su importancia, critica algunos puntos y rescata su aporte. En ese escrito titulado Hawthorne, Poe señala algunas de sus convicciones respecto de la literatura:

“no hay virtud literaria más alta que la originalidad. Pero ésta, tan auténtica como recomendable, no implica una peculiaridad uniforme, sino continua; una peculiaridad que nazca de un vigor de la fantasía siempre en acción, y aún mejor si nace de esa fuerza imaginativa, siempre presente, que da su propio matiz y su propio carácter a todo lo que toca, y especialmente que siente el impulso de tocarlo todo”.

Esa virtud que le atribuye a NH, también tiene sus peculiaridades, por eso señala:

“Pero la auténtica originalidad -auténtica con relación a sus propósitos- es aquella que, al hacer surgir las fantasías humanas, a medias formadas, vacilantes e inexpresadas; al excitar los latidos más delicados de las pasiones del corazón, o al dar a luz algún sentimiento universal, algún instinto en embrión, combina con el placentero efecto de una novedad aparente un verdadero deleite egotístico.”

En pos de la sencillez en la escritura, algo que para Poe se logra a través de un incesante trabajo, en su ensayo critica algunos aspectos de la alegoría y de la metáfora y señala como usar esta última:

“Allí donde el sentido alusivo corre a través del sentido obvio en una corriente subterránea muy profunda, de manera de no interferir jamás con la superficial a menos que así lo queramos, y de no mostrarse a menos que la llamemos a la superficie, sólo allí y entonces puede ser consentida para el uso adecuado de la narrativa de ficción.”

Pero ¿qué elogia Poe en todos los trabajos de NH? La efusión imaginativa reprimida por “la exquisitez del gusto…” “La unidad de efecto e impresión”, lo que para el cuentista es imprescindible, y algo que se logra en un tiempo preciso, más largo que en la poesía, pero no mayor de dos horas de lectura, donde el lector es verdaderamente sometido a la voluntad del escritor, lo que en sus cuentos practica y logra NH, según Poe.

El “efecto” para Poe es fundamental, y se logra desde la primera frase, en cada palabra. Y esa perfección Poe la ve sólo en “Relatos de un viajero” de W. Irving y en los cuentos de NH.
“Los rasgos distintivos de Mr. Hawthorne son la invención, la creación, la imaginación y la originalidad -rasgos que, en la literatura de ficción, valen acentuadamente más que todo el resto.”, explica Poe. Invención, originalidad, imaginación, las señala como algunas de las virtudes de su reconocido NH, a los que agrega: novedad de tono y tema, cuentos “que son bellos sin excepción”.

Y describe de la siguiente manera su impresión sobre los cuentos publicados en el volumen “Cuentos contados otra vez”:

“Wakerfield nos parece notable por la habilidad con que una antigua idea -un episodio harto conocido- ha sido elaborada o debatida. Un individuo antojadizo decide abandonar a su esposa y residir de incógnito, durante veinte años, en su vecindad inmediata. Un episodio de este género aconteció en Londres. La fuerza del cuento de Mr. Hawthorne reside en el análisis de los motivos que impelieron o pudieron impeler al marido a semejante locura, y las posibles causas de que perseverara en ella. El autor ha trazado sobre esta tesis un cuadro de fuerza singular. The Wedding Knell ("Doblan a bodas") está lleno de audacísima imaginación -que el buen gusto gobierna plenamente-. El crítico más quisquilloso no encontraría una sola falta en este relato. The Minister's Black Veil ("El velo negro del ministro") es una composición maestra, cuyo único defecto reside en que para el vulgo su exquisita habilidad será tan desagradable como el caviar para sus gustos. Parecerá que el sentido evidente del relato ahoga el que se insinúa. La moraleja puesta en boca del ministro moribundo será considerada como el mensaje verdaderamente importante de la narración; y el hecho de que se haya cometido un tenebroso crimen (que se vincula con la "joven señora") es cosa que sólo las mentes afines a la del autor habrán de percibir. Mr. Higginbotham's Catastrophe ("La catástrofe de Mr. Higginbotham") es muy original y ha sido construido con máxima habilidad. Dr. Heidegger's Experiment ("El experimento del Dr. Heidegger") nace de una excelente concepción, ejecutada con notable destreza. Se siente respirar al artista en cada frase. The White Old Maid ("La solterona blanca") es más objetable por lo que respecta a su misticismo que The Minister's Black Veil. Incluso las mentes reflexivas y analíticas hallarán grandes dificultades para aprehender su total significación.The Hollow of the Three Hills ("El valle de las tres colinas") merecería ser citado en detalle, si tuviéramos espacio; no porque revele mayor talento que cualquiera de los otros trozos, sino porque ofrece un excelente ejemplo de la especial capacidad del autor (…) En Howe's Masquerade ("La máscara de Howe") notamos algo que se asemeja a un plagio, pero que puede ser una halagadora coincidencia de pensamiento.”

En este caso Poe considera demasiado coincidentes algunos párrafos con su propio relato “William Wilson”, que encara el tema de “el doble”, frecuentemente visitado por distintos escritores como nuestro Borges.

La conclusión de Poe no deja duda alguna sobre NH: “Posee el estilo más puro, el gusto más fino, erudición, humor delicado, dramatismo conmovedor, imaginación radiante y el más consumado ingenio; con todas esas buenas cualidades, se ha mostrado un buen místico. Pero, ¿acaso alguna de esas cualidades puede impedirle ser doblemente bueno dentro de un mundo de cosas sencillas, honestas, sensatas, tangibles y comprensibles?”

“Wakerfield” se puede leer en: http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/hawthor/wakefiel.htm
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1 comentario:

Marina dijo...

Estoy haciedo un trabajo sobre El cuento moderno y de casualidad encontré su página, los felicito es muy buenísimo, sigan difindiendo cultura, en algun momento les enciaré alguna novela de mi nata Iquitos, solo diganme cómo. gracias. Estaré feliz si podrían hacer algun comentario sobre la obra literaria de Carlos Eduardo Zavaleta es peruano. Una vez más gracias y felicitaciones.