jueves, 7 de abril de 2011

El cuento: origen y desarrollo (68) por Roberto Brey

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Brasil


Sobre tres millones y medio de habitantes, dos millones eran esclavos negros, a comienzos del siglo XIX. Más allá del lenguaje tal vez esa haya sido una de las principales diferencias con el resto de la América Hispana, junto al traslado de la corte portuguesa y la constitución de una monarquía sin antecedentes en América.


Como en todo el continente, la colonización fue resistida (y sofocada esa resistencia a sangre y fuego), no sólo por quienes vivían en América antes de la llegada de los europeos, sino que también se rebelaron quienes defendieron sus propios intereses frente al poder central. Las más notorias fueron la de Villa Rica encabezada por Felipe dos Santos en 1720 y la sublevación de Tiradentes en 1789. Pero la primera, y tal vez una de las más emblemáticas fue la de Palmares, encabezada al final por el mítico Zumbí (1655-1695)



Palmares era un grupo de quilombos (el lugar donde se refugiaban los esclavos negros que huían de sus amos y, como dice la historiadora Beatriz Nacimiento, "un lugar donde la libertad era practicada, donde los lazos étnicos y ancestrales eran revigorizados"). La Confederación de Palmares nació en 1596, cuando un grupo de unos 40 esclavos negros, tras una sangrienta rebelión en un ingenio azucarero, se refugiaron en la sierra de la Barriga (en el actual estado de Alagoas), y crearon allí las bases de un "estado libre" en el corazón del Brasil colonial. Se trataba de una gran fortificación, con aproximadamente 6 kilómetros de diámetro, con más o menos 800 metros de altitud. Llegó a tener cerca de 30 mil habitantes, y con un sistema colectivo de trabajo, subsistía gracias al cultivo de maíz, frijoles, yuca, banano y caña de azúcar, entre otros productos. La organización permitió con el tiempo la fabricación de herramientas para la agricultura y la guerra en metal, y objetos artísticos y utilitarios en cerámica y madera. Situado en tierras muy fértiles comparadas con su entorno, la sociedad estaba dividida en campesinos, artesanos, guerreros y funcionarios, con un grado de libertad e igualdad que contrastaba notoriamente con la situación de esclavitud imperante en el resto de las poblaciones y latifundios que lo rodeaban. Claro que la clase dominante de la época procuró durante años derrotar militarmente al intento libertario, sin conseguirlo, y a partir de 1676 los ataques se hicieron más cruentos, obligando a su líder, Ganga-Zumba, a llegar a un Acuerdo de Paz con el gobierno colonial, en 1678. Zumba recibió tierras para él y sus seguidores y fue nombrado oficial del Ejército. Pero los negros empezaron a ver restringidas sus libertades y no faltó quien acusara de blandura y hasta de traición a su líder. Por entonces un sobrino suyo, Zumbí, nacido en el quilombo, pero secuestrado por los portugueses, logró escapar y volver a Palmares en 1670, cuando tenía quince años. Sería él quien retomara la lucha contra el poder colonial, a la muerte de su tío, e iniciará una rebelión que amenazó con extenderse por todo Brasil, cuando avanzó con su ejército por las plantaciones, liberando esclavos e incitando a los negros a luchar por su libertad. Finalmente, en 1693 los colonialistas organizaron un ejército de más de 8.000 hombres, con armamento moderno y cañones. Los rebeldes se defendieron con una guerra de guerrillas, mientras se fortalecían en lo alto de la sierra de Barriga, pero fueron finalmente derrotados y Zumbi, herido, fue considerado muerto. Sin embargo, Zumbí logró sobrevivir, y reanudó la lucha, hasta que fue asesinado a manos de uno de sus seguidores comprado por el ejército colonial. Degollado por el militar que comandaba la operación, Furtado de Mendonça, su cabeza fue llevada a Recife, para ser expuesta en la plaza pública. Fue un 20 de noviembre 1695, fecha hoy recordada en Brasil como el "Día Nacional de la Conciencia Negra".


El que Portugal, influenciado tan fuertemente por Inglaterra, trasladara su gobierno a Brasil, abandonando su territorio al ejército napoleónico en 1808, significó un alivio para la clase dirigente brasileña, ya que se atenúa la sujeción colonial, y aprovecha a los intelectuales y científicos que llegaron junto con la Corte; se caen las barreras aduaneras y pasa a tratar directamente con Inglaterra. Claro que esa liberalidad no se extiende a los esclavos y a los explotados criollos.


Al volver el monarca a Portugal tras la caída de Napoleón, queda su hijo Pedro a cargo de la colonia, quien se corona como Emperador independiente el 12 de octubre de 1822. La Argentina y Brasil concluyeron su disputa por la Banda Oriental con la independencia de este territorio en 1828. En 1840, a los 15 años de edad, fue proclamado Pedro II, con un mandato que llegó hasta 1889.


Educado en el enciclopedismo, alentó las actividades científicas y culturales, y logró mantener cierto equilibrio entre los dos partidos enfrentados: liberales y conservadores. Su gobierno pasó por el enfrentamiento con Argentina aliándose a Urquiza contra Rosas, y por la guerra contra el Paraguay (1864-1870). Fue políglota, estudioso de idiomas, como el árabe, el hebreo, el sánscrito y el guaraní, impulsor de las artes, creador de diversas escuelas y academias, hizo varios viajes a Europa, donde mantuvo contactos con los escritores y sabios más destacados.


Finalmente, el movimiento republicano del 15 de noviembre 1889 lo depuso, y fue desterrado por la revolución encabezada por el mariscal Deodoro da Fonseca. Murió en París en 1891. Por entonces, en lo económico dominaba la estructura agro exportadora, basada en el monocultivo del café.


Ese influjo intelectual portugués hace que se formen academias literarias en Brasil, con escritores que inician la temática indianista. José Basilio da Gama (1740-1795), Fray José de Santa Rita Durao (1720?-1784) y Tomás Antonio Gonzaga (1744-1810), son los poetas más destacados; y este último logra la mayor popularidad y es desterrado hacia el fin de su vida por su participación en la sublevación de Tiradentes.



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