Cervantes cuentista
Pasarían casi dos siglos para que pudiera hablarse de otra gran figura relacionada con el cuento en España: Miguel de Cervantes (1547-1616). Pero como también era época de poetas, sería imposible antes, no mencionar a Íñigo López de Mendoza, El Marqués de Santillana (1398-1458), introductor de la refinada poesía italiana en España, y creador de aquella bella Serranilla que muchos hemos estudiado en la escuela:
La moza de la Finojosa
Moza tan fermosa
non vi en la frontera,
como una vaquera
de la Finojosa.
Faciendo la vía
del Calatraveño
a Santa María,
vencido del sueño,
por tierra fragosa
perdí la carrera,
do vi la vaquera
de la Finojosa.
En un verde prado
de rosas y flores,
guardando ganado
con otros pastores,
la vi tan graciosa
que apenas creyera
que fuese vaquera
de la Finojosa.
No creo las rosas
de la primavera
sean tan fermosas
ni de tal manera,
fablando sin glosa,
si antes supiera
de aquella vaquera
de la Finojosa.
No tanto mirara
su mucha beldad,
porque me dejara
en mi libertad.
Mas dije: «Donosa
(por saber quién era),
¿dónde es la vaquera
de la Finojosa?»
Bien como riendo,
dijo: «Bien vengades;
que ya bien entiendo
lo que demandades:
non es deseosa de amar,
nin lo espera,
aquesa vaquera
de la Finojosa.»
O aquel otro poeta castellano, Jorge Manrique (1440-1479)
Coplas por la muerte de su padre
Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
(…)
(…)
Pero más allá de esa pequeña distracción con esos grandes poetas españoles, como se dijo, el cuento no tuvo sus cultores de valía hasta que Cervantes publica las “Novelas ejemplares” en 1613, a los 66 años (tres antes de su muerte).
Aunque no hay demasiados datos precisos sobre su vida y su obra (por ejemplo, no se conocen cuáles fueron sus estudios en la infancia y adolescencia), es posible que recibiera en su juventud alguna instrucción literaria. Con poco más de veinte años se fue a Roma y luego de recorrer Italia se enroló en la Armada Española y participó en 1571 en la batalla de Lepanto, donde a consecuencia de un disparo perdió gran parte de la movilidad de un brazo, por lo que se lo llamó el Manco de Lepanto.
Al regresar a España, en 1575, los corsarios asaltan su barco, lo llevan a Argel, donde pasa cinco años de cautiverio y a su regreso, en 1580, encuentra a su familia en la ruina. Con 37 años se casa con Catalina de Salazar y Palacios, de 19, e inicia su carrera literaria. Publica la novela "La Galatea" (1585), y sin demasiado éxito y casi en la ruina, es nombrado recaudador de impuestos para la Armada Invencible, pero termina en la cárcel, acusado de irregularidades en las cuentas. También fue excomulgado por tres veces ante el intento de cobrar a la iglesia los impuestos que ésta estaba obligada a satisfacer.
En 1605 publica la primera parte del Quijote; el éxito dura poco. En 1606 regresa a Madrid, en donde vive con apuros económicos. En sus últimos años publica las "Novelas ejemplares" (1613), entre otras obras. Sus poemas, muchos escritos durante su juventud, fueron incluidos casi siempre dentro de sus novelas, por lo que tuvieron poco reconocimiento.
Tampoco tuvo suerte en el teatro, donde fue eclipsado por el triunfo arrollador de Lope de Vega (su eterno rival) en la escena española.
Su mayor éxito sin duda fue su Quijote, donde, como era costumbre, incluyó varios relatos cortos que pueden considerarse casi como cuentos. Esa obra se cree fue iniciada durante su encarcelamiento, y debido a su éxito tuvo que soportar varios plagios. Recién hacia 1617, ya a su muerte, con las dos partes del Quijote publicadas juntas en Barcelona, empezó a tener el merecido reconocimiento que le faltó en vida.
Todavía en tiempos de Cervantes, el cuento como relato corto, concentrado y con punch como quería Poe, estaba lejos de prevalecer. Por el contrario, se buscaba darle unidad y marco a una serie de cuentos, lo que permitió el desarrollo de la novela, muchas veces como una sucesión de relatos cortos enlazados. Este tipo de relatos (la novela, o el romance), con mayor detalle del contexto social, con mayor desarrollo psicológico, prevalece durante mucho tiempo por sobre la rápida definición o la sorpresa final que traería luego el cuento moderno.
Muchos escritores de Europa, en los siguientes años incluyen relatos cortos en sus novelas, pero no se deciden por ese género como disciplina independiente, como ya se ha visto, hasta entrado el siglo XVIII.
Se puede leer cuentos de Cervantes en: http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cervan/mcs.htm
El amante liberal en:
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cervan/amanteli.htm
El casamiento engañoso en:
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cervan/casamien.htm
El licenciado Vidriera en:
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cervan/licencia.htm
La gitanilla en:
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cervan/gitanill.htm
Rinconete y Cortadillo en:
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cervan/rincone.htm
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