jueves, 11 de noviembre de 2010

El cuento: origen y desarrollo (51) por Roberto Brey

51

Giovanni Verga (1840-1922)

Nacido en Catania (Sicilia) el 2 de septiembre de 1840, en una familia de origen noble y con tendencias liberales, a los diecisiete años escribe su primera novela, “Amore e patria”. Abandona la Facultad de Leyes, se dedica al periodismo y en 1861 funda el semanario político “Roma degli italiani”. Por entonces escribe novelas histórico-patrióticas, se establece en Florencia, donde frecuenta los salones literarios y conoce a muchos intelectuales de la época, entre ellos al anarquista ruso Mijail Bakunin (1814-1876, que fue un filósofo contemporáneo de Karl Marx, considerado uno de los "padres del anarquismo").

Por entonces Verga se inclina por la novela romántica, cuyo mayor ejemplo es “Storia di una caminera”, que resulta todo un éxito. Es recién en 1874, ya instalado en Milán, cuando, al decir del estudioso mexicano, Guillermo Fernández, ya influido por los naturalistas franceses, escribe “Nedda”. Al aparecer Nedda, Luigi Capuana –que además de narrador era un teórico del verismo (la versión italiana del naturalismo francés)- señaló que Verga había encontrado un “nuevo filón en la mina casi intacta de la narrativa italiana”. Efectivamente, ese ‘’boceto siciliano’’ indica un giro de noventa grados en la obra de Verga, que le da la espalda a la temática y al tono del romanticismo decadente para adherirse al movimiento verista.

Fernández cita a Corrado Simioni, quien señala: “El verismo, versión italiana del naturalismo, se aparta notablemente de las teorías de Zolá, y parece estar más directamente ligado al realismo manzoniano y a las lecciones de De Sanctis. (…) mientras los franceses describían generalmente el mundo del proletariado parisino, los italianos (…) volvieron la mirada a la realidad regional, que era, incluso desde un punto de vista político-social, la más importante en aquel momento. (…) la tierra natal, y el nostálgico embeleso de la infancia y el mundo primitivo ocupó el puesto del rigor científico.”

A partir de allí Giovanni Verga vuelve a su tierra natal, a describir los humildes ambientes de la Sicilia patriarcal. Esos serán sus personajes, “inmersos en un mundo que se hallaba a un solo paso de la animalidad, de la absoluta esencialidad”, al decir de Martínez.

Sus mejores obras se darían en esa época: “Vita dei campi” (cuentos:1880); “I Malavoglia” (novela: 1881); “Novelle rusticane” y “Per le vie”, dos series de cuentos publicados en periódicos y revistas, reunidos en volumen en 1883, así como también Mastro-don Gesualdo, que publicó en 1888. Estas obras hablan de la gente de su tierra natal, de su pobreza, del dolor, las pasiones y la tragedia en las que viven, sometidos a un ciego e implacable destino.

Salvo “Per le vie”, “estas obras están consideradas como el más alto logro del verismo y de la narrativa verguiana”, asegura Fernández, quien afirma que “halló en D.H Lawrence (famoso escritor inglés: 1885-1930) a su más apasionado traductor y divulgador en lengua inglesa”.

Lawrence aseguraba: “(Verga) Es el más grande novelista italiano después de Manzoni. Sin embargo, nadie le hace caso (...) Verga es un gran maestro del cuento. El libro Novelle rusticane y el volumen titulado Cavalleria rusticana (Vita dei Campi) contiene algunos de los mejores cuentos escritos en todo el mundo. En ellos hay unos tan breves y convincentes como los de Chejov. No obstante, nadie los lee. Son ‘demasiado deprimentes’, dicen. No deprimen ni la mitad de cuanto deprime Chejov. No entiendo el gusto del público.”

Sus últimos años Verga los pasa en Catania hasta su muerte (1922), salvo algunas breves estadías en Milán y Roma. Un año antes la Justicia milanesa le reconoce la coautoría de la ópera “Cavalleria rusticana”, en el juicio que le entabla a Mascagni.

El título de la obra “Cavallería Rusticana” es en italiano y no en español.
Lo de “cavallería” (con v corta) no tiene que ver con caballos, hecho que sí
sucede en la opereta “Caballería Ligera” de Franz von Suppé, de tan famosa
obertura. La traducción más acertada de ese título sería “Caballerosidad rústica
o pueblerina” y alude al código de honor que rige en una modesta comunidad
siciliana.


En esos años abandona el ‘verismo’ y su obra empieza a decaer, aunque su influencia pervive en
los escritores que desarrollarían luego el neorrealismo, como Pirandello, Pavese y Pasolini, entre otros. En 1947 Luchino Visconti realiza “La terra trema”, película basada en I Malavoglia y más tarde se puede encontrar en el cine de los hermanos Taviani, quienes también filman cuentos de Pirandello.

Cuatro cuentos de Verga se pueden leer en: http://www.materialdelectura.unam.mx/images/stories/pdf/giovanni_verga.pdf
Giovanni Verga habla sobre su obra en la dedicatoria del cuento L’amante de Gramigna, dirigida a Salvatore Farina: http://www.sprensalibre.com.ar/index.php?id=2317

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