jueves, 18 de noviembre de 2010

El cuento: origen y desarrollo (52) por Roberto Brey

52

El cuento en España

Si en Egipto quedaron asentados por escrito algunos de los relatos más antiguos, no fue por casualidad. La escritura nació en Medio Oriente y los cuentos provienen de allí desde la “Historia de Sinué” hasta las “Mil y una noches”. Pero es en la Edad Media donde el cuento alcanza su primer momento de esplendor (que luego se vería sumergido por la novela), con el relato folclórico, la picaresca y los relatos morales. Es probable también que muchos de los relatos orientales hayan penetrado en Europa a través de la España musulmana, y se fueran mezclando con las tradiciones locales. Cómo encontrar orígenes ciertos a través de la mutua contaminación de historias orales que se iban enriqueciendo por un lado, y perdiendo o cambiando personajes y detalles al atravesar por distintos relatores a través del tiempo y los lugares.

Una de las más famosas recopilaciones fue la compuesta en latín por un médico sefardí: “Disciplina clericales”, quien al ingresar al cristianismo adoptó el nombre de Pedro Alfonso (c. 1050-1115). La obra consta de 34 relatos estructurados en diálogos, cuyo principal objetivo es trasmitir la sabiduría práctica. El mismo Pedro Alfonso cuenta su método y su intención:
“...hecha en parte de sentencias de filósofos y de sus comentarios, en parte de proverbios, fábulas y versos árabes y en fin de comparaciones tomadas de animales y pájaros. He también respetado la justa medida, ya que si escribiera más de lo necesario mis escritos serían más una carga que una ayuda para el lector. Yo quisiera que esta composición sea —tanto para los que la leen como para los que la escuchan— una ocasión para instruirse. Que gracias a lo que contiene, se acuerden de lo que han olvidado.”

Estos relatos fueron la base de otros cuentos, en recopilaciones, imitaciones o adaptaciones, efectuadas por distintos autores. Don Juan Manuel o Cervantes son de los más famosos que abrevaron en esas fuentes.

España puede considerarse el primer país europeo en desarrollar el cuento medieval, tomado de aquellas viejas leyendas y relatos populares con sentido moralizante, pero con intenciones literarias y no meramente informativas.

Giovanni Boccaccio (1313-1375) en Italia, Geoffrey Chaucer (1340-1400) en Inglaterra, Margarita de Navarra (1492-1549) en Francia y Don Juan Manuel (1282-1348) en España son las figuras más representativas de este nuevo modelo de cuento; pero como se puede advertir por los años, el adelantado es éste último.

Como ya se mencionó, es probable que la primacía española se deba a la influencia árabe, que permitió que se destacaran varios escritores, entre ellos Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, un clérigo de Guadalajara del que se sabe nació hacia 1283, estuvo encarcelado en la catedral de Toledo y escribió una única obra en verso, el Libro de buen amor. Con una postura crítica hacia el alto clero, en contra de la abstención sexual y con un rico y elaborado lenguaje, emparentado con la técnica del sermón, aunque con un tono popular y coloquial, que ofrece un panorama de la vida social de comienzos del siglo XIV. Se estima su muerte alrededor de 1350 ó 51.

De Don Juan Manuel (1282-1348) se sabe mucho más. Sobrino del rey Alfonso X el Sabio recibió los títulos de Príncipe, Señor y Duque de Villena, pero también un importante bagaje cultural que incluía idiomas y múltiples conocimientos. Su obra maestra es sin duda el Libro de Patronio o Conde Lucanor, concluida en 1335, un libro que consta de una cincuentena de cuentos (en realidad, apólogos, fábulas, alegorías e incluso pequeñas novelitas) precedida de un prólogo y con cuatro breves tratados en prosa. Con una amplia variedad de fuentes (desde relatos orales de sus sirvientes judíos y moriscos, pasando por la Disciplina clericalis y hasta sermones eclesiásticos), como conjunto puede ser considerado una novela, pero integrada por una variedad de cuentos con muy diversa temática. Para muchos críticos, como Jaime Rest, aquí se deja de lado la intención religiosa visible en Pedro Alfonso, para pasar a la educación política de los hombres de estado, escrito en un lenguaje muy culto, utilizando al personaje de Patronio como preceptor del conde Lucanor.

El estilo del infante Don Juan Manuel se caracteriza por la selección, la sobriedad y la precisión. Lo define él mismo de esta manera:

Sabed que todas las razones son dichas por muy buenas palabras et por los más
fermosos latines que yo nunca oí decir en libro que fuese fecho en romance; et
poniendo declaradamente cumplida la razón que quiere decir, pónelo en las menos
palabras que pueden seer.
Don Juan Manuel, Libro de los estados

Pedro Alfonso.
Los primeros 15 ejemplos de “Disciplina clericales”, se pueden leer en:
http://www.sprensalibre.com.ar/index.php?id=2318

Cuento I Juan Manuel
De lo que aconteció al rey con un ministro suyo
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/juanma/i.htm
Cuento V Juan Manuel
De lo que aconteció a una zorra con un cuervo que tenía un pedazo de queso en el pico
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/juanma/i.htm
Cuento VII Juan Manuel
De lo que aconteció a una mujer que le decían doña Truhana
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/juanma/vii.htm
Cuento X Juan Manuel
Lo que sucedió a un hombre que por pobreza y falta de otra cosa comía altramuces*
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/juanma/x.htm
El conde Lucanor, completo
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/juanma/lucanor/lucanor.htm

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