Dostoievski y los cuentos (5)
Ilustración para "El sueño de un hombre ridículo". |
Es en el cuento "donde Dostoievski concentra con más intensidad el contenido filosófico de su obra", señala Bela Martinova, que también halla en este género la lucha del autor ruso contra el monstruo de la burocracia, así como el bien y el mal.
Y es en "El sueño de un hombre ridículo" (1877), el cuento "más bello" para la traductora, donde Dostoievski aborda el aspecto moral del bien y el mal "con inusitada delicadeza para que finalmente triunfen la bondad y la belleza. Un bello final, pues, para un cuento inigualable que estéticamente se eleva a la condición de obra maestra".
En "Bobok" los nombres propios de los muertos que hablan y juegan a las cartas tienen presente los grados que ocuparon en vida, donde siguen manteniéndose en la ultratumba. Así, el general Pervoiédov tiene un apellido que significa "comer primero" e "ir en primer lugar", de acuerdo con su categoría militar.
El matrimonio concertado de niños es otra de sus denuncias; en ‘El árbol navideño y la boda’ (1848). Allí el narrador cuenta cómo, cinco años atrás, asistió a una fiesta navideña en casa de un rico comerciante, cuya niña era un excelente partido, y allí presencia la concertación de la boda de ésta con el interesado. Cinco años después, también es invitado al casamiento de ambos y, al ver la tristeza pintada en el rostro de la joven, abandona con enojo la ceremonia.
En Diario de un escritor, Dostoievski rememora la historia de su “descubrimiento”. Cuando terminó de escribir Pobres gentes le enseñó una copia a su amigo Dmitri Grigórovich, quien se la mostró al poeta Nikolái Nekrásov. Al leer el manuscrito de Dostoievski en voz alta, estos dos autores se sorprendieron por la perspicacia psicológica del trabajo y por su habilidad para llegar a la sensibilidad humana. A pesar de ser las cuatro de la madrugada, se fueron directamente a casa de Dostoievski para decirle que su novela era una obra maestra. Más tarde, ese mismo día, Nekrásov le decía a Belinski. "¡Un nuevo Gógol ha nacido!" a lo que Belinski contestaba, "¡Para usted, parece como si los Gógols crecieran con la misma facilidad que las setas!" No obstante, Belinski tardó poco tiempo en mostrar su entusiasmo a Dostoievski, que en el Diario de un escritor, recuerda éste como uno de los mejores momentos de su vida.
Para el crítico Roberto Monforte Dupret la experiencia en presidio, cuando creyó que sería ajusticiado fue fundamental: “…esta experiencia siempre está presente en sus novelas, cuando los personajes imaginan repetidamente el estado de ánimo de un hombre que está a punto de ser ejecutado. En El idiota, su protagonista, el príncipe Myshkin, nos ofrece algunas detalladas descripciones sobre este tema, que confieren un realismo especial a la narración, ya que los lectores saben que el propio escritor ha sufrido esta terrible experiencia. La falsa ejecución hizo que Dostoievski apreciara la vida como el mayor de los regalos, valorando la libertad, la integridad, y la responsabilidad individual por encima de todo, en contraste con las ideas deterministas y materialistas que defendían los intelectuales más radicales de su época.”
Para Dupret, el cambio de actitud de la crítica social al cristianismo “se describe en su relato El campesino Marey (…) Dostoievski, a pesar de que su fe siempre estaba en continuo conflicto con su escepticismo, también se sentía profundamente identificado con la ortodoxia rusa, con la religión del pueblo llano, y llegó a la conclusión de que era necesario renunciar a todo progreso de estilo occidental y regresar a la vida patriarcal mediante la confesión, la expiación de los pecados y el amor cristiano. En una famosa carta describe que está sediento de fe "como la hierba seca" y concluye que "si alguien me demostrara que Cristo está fuera de la verdad y que, en realidad, la verdad está fuera de Cristo, entonces preferiría quedarse con Cristo antes que con la verdad."
La caída de Dostoievski en posiciones contra el socialismo naciente y el catolicismo se acentuaron durante los últimos años de su vida. Según Dupret, “se dedicó a expresar sus opiniones políticas”, que fueron “cada vez más extremas. Por ejemplo, Dostoievski llegó a creer que Europa Occidental estaba al borde del fracaso, después del cual Rusia y la iglesia ortodoxa rusa crearían el reino de Dios en la tierra y se cumpliría la promesa del Libro de la Revelación. En una serie de artículos anti-católicos, se atrevió a comparar la iglesia católica romana con el socialismo, porque para ambos su mayor preocupación era la obtención y la conservación del poder terrenal. Su moral tocó fondo cuando publicó varios artículos antisemitas.” Aunque siguió publicando cuentos como: La mansa, El sueño de un hombre ridículo, La centenaria, etc.
“Un árbol de Noel y una boda” puede leerse en:
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/rus/dosto/arbol.htm
“Novela en nueve cartas” en: http://www.sprensalibre.com.ar/index.php?id=2834
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