jueves, 12 de abril de 2012

Novedades de abril de La Bestia Equilátera

Que el mundo me conozca
Todo comienza con un guionista de Hollywood durante una fiesta en una casa frente al mar. Está solo y aburrido, y para evadirse de la charla convencional sale a la terraza y ve a uno de los invitados, una chica, que camina hasta la orilla. Primero no hace más que admirar su figura, pero en seguida advierte que ella quiere suicidarse y se precipita a la playa para intentar rescatarla. Un acto de compromiso, que tiempo después va a lamentar.
En esta nueva novela, Alfred Hayes toma a dos personajes característicos, el escritor cínico y una aspirante a actriz, y describe la relación entre ellos revirtiendo todos los estereotipos de las historias de amor desencantado. Hayes sabe retratar como nadie a las personas que no pueden ayudarse a sí mismas y que tampoco pueden resistir la tentación de lastimar, y tiene el don de analizarlas y diseccionarlas con una precisión lapidaria. Esa visión de la conducta humana es, como en Los enamorados, despiadada pero admirable. Con su arte refinadísimo, Que el mundo me conozca proyecta en la página un relato conmovedor en el que ningún valor permanece inalterado, salvo la verdad y la belleza.

Alfred Hayes
 (1911-1985) nació en Inglaterra, pero fue criado en Nueva York. Como la de Raymond Chandler, otro inglés transplantado a los Estados Unidos, la voz de Hayes es característica e inconfundiblemente norteamericana. En un esfuerzo por encontrar símiles en otras artes, la gloria del estilo de Hayes ha sido comparada con las tersas síncopas de Thelonious Monk. Además de Los enamorados (La Bestia Equilátera, 2010) y Que el mundo me conozca, ha escrito, entre otras novelas, The Girl on the Via Flaminia (1949), Shadow of Heaven (1947) y The End of Me (1968) y el libro de relatos The Temptations of Don Volpi (1960).

Traducción: Martín Schifino
Páginas: 160


Jugador
Harryboy Boas es un inglés atípico. No es un caballero ni un displicente distribuidor de ironías. La debilidad ayuda a convertirlo en un antihéroe perfecto: es un jugador, un tipo que apuesta en los canódromos, que especula siempre al borde de la estafa. Alguien para quien la prosperidad y el infortunio y hasta la felicidad dependen del azar. De pronto, una familia con aspiraciones de clase se muda al edificio en el que vive. La relación que establece con Gregory, el hijo del matrimonio, lo enfrenta a un espejo que preferiría no mirar, confina sus proyectos de salvación a una especie de perplejidad infantil, desamparada. Harryboy Boas se ve llevado a descender al submundo de Londres para encontrar respuestas que satisfagan el reclamo de un dios que nadie se atreve a desobedecer: el dinero.
El tono y el registro de esta novela son implacables; la intriga, pícara y devastadora. Alexander Baron crea unos personajes difíciles de olvidar. En el teatro de operaciones de la simpatía, Jugador ofrece una realidad distorsionada por el filo metódico de lo terrible, e ilumina como pocas ficciones el escenario perfecto para que la tragedia estalle.

Alexander Baron
 (Joseph Alexander Bernstein) nació el 4 de diciembre de 1917 en Berkshire, donde su madre se había refugiado a causa de los raids de la Primera Guerra Mundial; su padre era un peletero ruso exiliado en Londres desde los trece años. Se crió en Hare Street, en el East End, escenario de muchas de sus novelas. Perteneció a la Liga Juvenil Comunista; se opuso al movimiento fascista de Oswald Mosley y sus camisas negras. Adoptó el nombre con el que se hizo célebre a pedido de sus editores, quienes lo convencieron de que dos sílabas eran la medida exacta para el lomo de un libro. La primera novela que escribió fue un éxito: From the City, From the Plough refleja las acciones bélicas del regimiento de Wiltshire al que perteneció heroicamente. Según V.S. Pritchett, es “el único libro de guerra que contiene para mí sentido de realidad”. Según Baron, los tres libros sobre el tema que escribió (los otros dos, There’s No Home, 1950 y The Human Kind, 1953) forman un solo ciclo de experiencia que nunca llegó a reunir con el título de Men, Women and War. Exploró los temas históricos (The Golden Princess, 1944; Queen of the East, 1956) con soltura, sagacidad y rigor. Los argumentos más singulares tal vez correspondan a las novelas que ocurren en el East End, como Rosie Hogarth (1951), King Dido (1969) y The Lowlife (1969), que La Bestia Equilátera ofrece con el título de Jugador. Escribió guiones para Hollywood y para la BBC. El clásico film de Carl Foreman The Victors está inspirado en un libro de Baron. La última novela, Franco is Dying (1977), de una penetración psicológica admirable, revisa los temas políticos del siglo XX desde una conciencia atenta a la reflexión y al remordimiento mientras el dictador español agoniza. Alexander Baron murió en 1999.

Traducción: Teresa Arijón
Páginas: 304



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