Se suele preguntar qué idea ha querido encarar un autor. A este respecto, le decía Goethe a un amigo:"Me preguntaban cuál es la idea conla cual quise encarnar en Fausto, ¡como si yo mismo lo supiera y pudiese explicarlo!.
Buñuel decía: "La imaginación es un músculo que hay que estimular cada día".
Chandler decía que una de sus peculiaridades y dificultades como escritor era que no descartaba nada. A la vez, su razón para empezar a escribir era un sentimiento ineludible, decía que se habría hundido en la más terrible depresión si no se hubiera puesto a escribir cada vez que ese sentimiento lo atacaba
No descartar nada al comenzar un relato significa: 1) Escribir comienzos de relatos en el momento que se nos ocurre y sin prejuzgar su valor.2) Escribir tanto lo que se vive como lo que se imagina. Aunque imaginar es una manera de vivir.
Las imágenes suelen ser evocaciones imborrables.
Juan Marsé dice: "Mis novelas parten de imágenes. Existe una serie de imágenes básicas que me obsesionan, que arrastro del pasado, experiencias personales o cosas que te han contado, no distingo entre ambas. La suma de varias combinadas me proporciona no una idea sino la posibilidad de comenzar o continuar una historia."
Es conocido el hecho de que a muchos escritores lo persiguen sus obsesiones y logran liberarse de ellas transformándolas, convirtiéndolas en materia prima para un relato.
Así, Umberto Eco dice que escribió "El nombre de la Rosa" porque tenía ganas de envenenar a un monje.A partir de ese deseo desarrolló la idea según los siguientes pasos :
1) Encontró en un cuaderno una lista de monjes que vivían en un convento.
2) Investigó sobre venenos.
3) Investigó el Medioevo y situó el convento en esa época.
4) Eligió como primer narrador a un cronista de la época.
5) Se documentó e imaginó la mayor cantidad de detalles para construir el mundo en que transcurre la historia, como trama policial
Siempre conservó su problema inicial: ¿quién es el asesino? (Como motor principal).
No hay comentarios:
Publicar un comentario