Que en tu primer trabajo como escritor te toque reescribir aburridas autobiografías, para darle un estilo literario que no tienen, no está nada mal; especialmente si ese trabajo sirve para ayudarte a terminar tu primera novela, y mucho más si te toca vivir en el Londres que acaba de pasar la guerra, con sus racionamientos y penurias, como es el caso de la protagonista de “La intromisión”.
Pero hay algo que no funciona: la inquietante personalidad del empleador e ideólogo de la obra, las autobiografías que deben esperar 70 años para ser publicadas, y esos personajes que empiezan a tener extrañas actitudes, que parecen mezclarse con las alternativas de tu propia novela.
Con ese argumento, Muriel Spark (1918-2006) narra una historia casi policial, de intriga y suspenso, pero que al mismo tiempo es parte de su propia vida la que aparece reflejada en el personaje de Fleur Talbot, que tiene como su mejor amiga a la esposa de su amante y la nada fácil tarea de no perder un empleo que significa la única posibilidad de poder comer en una ciudad empobrecida y hostil.
Intrigas, calumnias, la desaparición del manuscrito de su propia novela, y las presiones de su empleador desesperan a Fleur Talbot, quien debe luchar con todas sus fuerzas para evitar las trampas que aparecen en su camino; y al mismo tiempo hacerse fuerte en su labor literaria particular.
Justamente ésta será la novela más autobiográfica de Spark, y donde brinda las mayores precisiones sobre su forma de escribir, la búsqueda de personajes y la forma de encontrar el comportamiento más adecuado para las situaciones en que ella misma los coloca. Esa lucha por encontrarle salida a una situación apremiante, escribe la protagonista, “era como escribir páginas de una novela”.
“Con frecuencia me preguntan de dónde saco las ideas para mis novelas. Solo puedo decir que mi vida es así, que se vuelve una experiencia más de ficción, reconocible únicamente por mí…” explica, en la novela donde se mezcla la realidad y la ficción en varios planos, hasta confundirse casi con su propia vida.
La intromisión ya había sido editada en los años 80 por la editorial Emecé con el nombre de “Vagando con intención”, y ahora, con edición de la Bestia Equilátera se presenta a los lectores argentinos, para conocer un poco más a esta escritora nacida en Escocia y que recibiera en 1993 el título de “Dama al Servicio del Imperio Británico”, en consideración a su trabajo en el espionaje inglés durante la segunda guerra.
Su obra literaria está compuesta por más de veinte novelas, cuentos y biografías. Algunas de sus obras más reconocidas son la biografía de Mary Shelley, y las novelas La plenitud de la señorita Brodie (1961), llevada al cine y al teatro con gran éxito; Memento mori (de intriga y suspenso), La balada de Peckham Rye, El asiento del conductor (enmarcada en la novela negra), Las señoritas de escasos medios (visión descarnada de la Inglaterra de la posguerra). La mayoría de ellas no traducidas o difíciles de conseguir en Buenos Aires.
Amiga del escritor Graham Greene, éste la ayudó en sus peores momentos con una pensión alimentaria para salvarla de la miseria, con la condición de que nunca le diera las gracias ni rezara por él. Recién en 1950, cuando ganó un prestigioso concurso de relatos en The Observer, pudo encarrilar su vida de escritora con un éxito que la acompañó hasta el pequeño pueblo de la Toscana italiana donde vivió y escribió hasta su muerte.
R.B.
La Bestia Equilátera - 256 pág. - $73
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