jueves, 20 de diciembre de 2012

EL MÁS ALLÁ


Término genérico que hace referencia a la idea de una continuación de la existencia después de la muerte, más allá de este mundo.

Pero no me refiero a eso.

Filosofar, elucubrar, imaginar, conjeturar sobre este asunto... sería fácil. Y apasionante quizás.

Pero no me refiero a eso.

Lanzar mensajes al aire, tocar la fibra sensible, curar de espanto a la muerte... podría resultar ingenioso.

Pero no me refiero a eso.

Mucho más útil considero fijarse en el Más Allá... de nosotros.

En el espacio ocupado por nuestros amigos, nuestros hermanos, nuestros hijos... Todo parece perfecto, mundos complementarios, personajes de un mismo cuento.

Y ahora imagina ese espacio sin nuestros amigos, sin nuestros hermanos, sin nuestros hijos... Y reduce el “nosotros” a un “tú y yo”; verás que lo que queda no es otra cosa que la verdad sin remedio, la luz en la sombra, el punto de encuentro... con el Más Acá.

Personal e intransferible, imposible de traspasar, prohibido arrendarlo, regalarlo, disfrazarlo... Eso sí que impresiona: el Más Acá.

“Yo te querré más allá de nosotros”. ¿Y más acá? Más acá sí que es difícil mantener el tipo. Y más acá estamos todos.

Ahora reduce el “nosotros” un poco más, de un “tú y yo” a un “tú” y a un “yo”, sin las manos entrelazadas, sin los miedos compartidos, sin amor-muleta... Y empieza a construir de nuevo el círculo desde el Más Acá, desde la Fuerza del Individuo, desde la Propia Identidad.

Y aguanta el miedo, asume el riesgo de ser tú misma y súmate, no te restes, llega al Más Allá desde dentro, el viaje más largo sin salir de casa, la aventura más hermosa, el ejercicio más difícil... y completa la ecuación.

Somos capaces de conocer nuestro ADN y pensamos que eso es lo que somos, como si se pudiera interpretar un cuadro analizando la composición de la pintura, pero no es así como funciona, el Todo no es la suma de las Partes, hay algo intangible que es lo que nos da sentido, lo que nos convierte en únicos a cada uno de nosotros... Y tú te lo estás perdiendo.

Disolverse en el otro nunca fue solución para mí, tal vez por ello sobrevuelo la felicidad sin llegar a aterrizarla, buscando un nivel superior de satisfacción: la Coherencia.

  • ¿Y la has alcanzado?
  • Tampoco, hija, esto es un desastre.
  • ¿Y entonces?
  • A seguir sufriendo.
 Y procuro disfrutar de un camino en el que me han acusado de inmaduro, de egoísta, de egocéntrico, de  novelero, de inconstante, de piterpán... Y todo porque yo doy lo que tengo, pero no lo que soy. Lo que soy lo comparto, lo pongo a disposición, lo contagio alegremente, lo potencio a la enésima, lo desnudo de pesares... pero luego me lo llevo conmigo y conmigo duerme.

Tú quieres que te lo dé, no sé para qué, pero intuyo que para nada bueno, así que me retiro a mi Cueva, con mi Lamparita de Aceite y mi Cadena de Eslabones Perdidos, a seguir buscando ese punto de encuentro entre el Más Acá y el Más Allá... de nosotros, ese equilibrio entre la Propia Identidad y Todolodemás.

Y cuando tú seas Tú y yo sea Yo, pasaremos al siguiente nivel: Nosotros.

Como dijo el sabio Buzz Lightyear: ¡Hasta el Infinito y Más Allá!

Moisés Lechado Hurtado

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