¿Por qué causa, cuando leemos la letra de este tango escrito en 1923 por Juan Andrés Caruso, escuchamos una melodía que atraviesa como un fantasma toda nuestra mente?
¿De qué materia está hecha la nostalgia que llevamos adentro desde muy pequeños?
¿Y qué son los destellos? ¿acaso reflejos hudizos de felicidad en las ondulaciones del champán?
¿Podremos alguna vez agarrar por la cola la magiafantasmaritmopoesía?
(traten de darme alguna respuesta)
Juan Disante
Para ahogar hondas penas que tengo,
que me matan y que no se van,
yo levanto temblando en mis manos
esta copa de rubio champán.
Los invito conmigo a beber
que bebiendo se habrán de olvidar
los destellos de amores perdidos
que suelen los ojos de llanto nublar.
Yo he sabido otras veces beber
en la fuente de sus labios rojos
y el mirar de sus lánguidos ojos
muchas veces de amor me embriagó.
Pero, amigo, ella me olvidó
y en el fino cristal de esta copa
me parece que veo la boca
que mil veces mi boca besó.
En mi alma quedaron destellos
de ese amor que no se irá jamás
pues, por más que lo intento, no puedo
esa luz que me quema apagar.
Si esta noche borracho me ven
a mi mismo me quiero engañar
y es por eso, amigos, invito
bebamos, me quiero aturdir con champán.
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